Resulta ser tan complicado como lo temía. Creo que un día como hoy es cuando más adulta debería sentirme. Sin embargo, me siento más nena que nunca. Una chiquita desprotegida y temerosa que no sabe hacia dónde ir, que entre un puchero con lágrimas en los ojos espera un abrazo certero que le asegure que todo va a estar bien. Un refugio, sólo eso. Mi lugar. Un lugar seguro donde poder protegerme siempre de las incertidumbres de la vida.
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