Yo que nunca tiro la primera piedra fui por la segunda a su cama. Dame un motivo, un gran motivo para no tomar al pie de la letra estas caricias tremendas, chifladas. Y vamos así, barcos piratas de madrugada. Dame un motivo, sólo un motivo para no llenarte el cuello de besos fantasmas. Importa muy poco si tú corazón vive en un piso 40 sin ascensor. Dame un motivo, sólo un motivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario