Las palabras no alcanzan cuando lo que hay que decir desborda del alma.

martes, 23 de marzo de 2010

Suavecito.


Suavecito me pusiste todo en su lugar. Suavecito, como juego para armar, como al barro el alfarero, como brisa de aguacero conquistaste, suavecito. Colocaste besos justamente en el lugar suavecitos, cirugía para curar las heridas
que dejó el pasado sin sanar y en el caos de mi infierno instalaste tu gobierno
y abrazaste suavecito. Suavecito, fuiste casi imperceptible sin prisas de a poquito colocaste tu bandera inamovible, suavecito, fuiste tan demoledora pasito con pasito. Tu paciencia
arrolladora me salvó, suavecito. Suavecito fui ganando con saber perder suavecito sin afanes de imponer con la calma que viene
del tacto de mujer como huella de gaviota, como se forma una
gota me atrapaste suavecito. Me aceptaste como un cero
izquierdo y sin valor, me peleaste sin nada a tu favor con la
suavidad con la que se mueve un rumor, con el paso de un anciano,
con paciencia de artesano, me salvaste suavecito. Suavecito,
fuiste casi imperceptible sin prisas de a poquito, colocaste
tu bandera inamovible, suavecito, fuiste tan demoledora pasito
con pasito tu paciencia arrolladora me salvó, suavecito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario